Sergio Núñez Soto
Hablar del agua potable de Ucareo es remontarse a los principios de la llegada de los agustinos al pueblo, pues como es sabido, desde el periodo colonial era difícil acceder al vital líquido. El aljibe del ex-convento de San Agustín es una muestra de los proyectos llevados a cabo por los monjes para solucionar la carencia de agua en aquella época. En sus crónicas, Diego de Basalanque señala lo siguiente: «Ucareo no tiene arriba aguas, aunque abajo hace ríos hacia Zinapécuaro, Santa Clara y otras fuentes, y por esto su habitación es desabrida, por estar entre árboles y un sitio seco».
En 1937 el señor Efrén Farfán solicitó al general Lázaro Cárdenas (entonces presiente de la República Mexicana), de quién era colaborador cercano, la introducción del agua potable a Ucareo. Como resultado de esa gestión, el ingeniero Apolinar Hernández vino a Ucareo a estudiar las posibilidades. Derivado de sus observaciones presentó el Estudio Hidráulico de la Región de Ucareo. En el inventario de los manantiales de Ucareo se incluye el de San Ignacio, La Peñita, Donde Nace Agua, El Pino, Arroyo de la Bolsa, Jacuarillo, Manantiales de Jeráhuaro, Agua Fría y Manantiales Calientes. Algunos de estos manantiales ya no existen y el de San Ignacio que está prácticamente dentro del pueblo está en proceso de ser cubierto con tierra y basura.
Apolinar reflexionó sobre la escasez del agua en los alrededores del pueblo e informó sobre la existencia de varios pozos: dos en el barrio de la Cruz del Molino y otro en el centro del pueblo. En sus conclusiones, el ingeniero propuso lo siguiente:
- Como medida provisional se debe perforar un pozo por el rumbo de la Cruz del Molino.
- Es factible conducir el agua del manantial conocido como El Agua Escondida a Ucareo mediante el aprovechamiento de la gravedad, aunque esta acción resulta sumamente costosa.
- Aconsejó la conservación de los bosques de la Sierra de Ucareo, así como la reforestación de sus alrededores.
- Sugirió evitar la profundización de las barrancas que bajan de Ucareo.
Estos fueron los principales puntos que resultaron de la investigación hecha por el ingeniero Apolinar. Sin embargo, de los estudios no se derivó ninguna acción concreta. No obstante, el estudio permaneció como una obra maestra de la región, porque sus diagnósticos fueron los correctos.
En 1943 el gobierno del Estado inició los trabajos de perforación de un pozo artesano en el Puente de Tierra y otro en El Charco. No se tuvo éxito en esta empresa. Fue hasta finales de los años cuarenta que se iniciaron los trabajos de la introducción del agua potable al pueblo. La comisión para tal efecto estuvo compuesta por Salvador Ayala como presidente y Carlos Soto Suárez como tesorero, quienes junto con el pueblo trabajaron sin descanso para construir el ducto desde Las Canoítas y el Agua Escondida hasta el depósito que se construyó cerca del atrio, en dirección noroeste.
Todo el pueblo de Ucareo trabajó sin descanso con los técnicos de la Secretaría de Recursos Hidráulicos en la construcción de las edificaciones de los manantiales de origen para proteger el agua que serviría para suministro de Ucareo, así como en la colocación de los tubos para conformar el ducto que conduciría el agua hacia el pueblo (incluyendo el depósito y la red de distribución dentro del pueblo). Dicha red en el interior del pueblo sigue siendo la misma que se construyó en 1953 y sería muy importante a estas alturas de la historia revisarla para grarantizar su funcionamiento.
En este periodo era común ver a grupos de mujeres cargando tubos para la construcción del ducto en diferentes tramos. Con frecuencia Ramón Bucio transportaba a estos grupos de mujeres al sitio donde se requerían tubos. Sarita Mendoza era la organizadora de estas labores.
Para la distribución del agua se instalaron llaves en las esquinas. Había, por ejemplo, una en La Novedad, otra en las Cuatro Esquinas, otra en la esquina de la Calle Nacional y la Calle Blanca, y así se fueron dotando del precioso líquido a los diferentes barrios del pueblo… Una vez normalizado el servicio, se fueron conectando tuberías a casas particulares.
La inauguración de todo el sistema se llevó a cabo el 17 de febrero de 1954. Esta fecha debe ser recordada por los ucarenses como la que marcó para siempre el inicio de una nueva etapa: por fin se terminó la penosa tarea de ir a buscar el líquido a manantiales alejados; por fin se terminó las idas a lavar ropa a ríos y a manantiales.
En 1985, siendo presidente municipal Daniel González y jefe de tenencia Rafael Soto, se rehabilitó el sistema de abastecimiento de agua y se incorporaron nuevos manantiales en la red agua fría. Esta acción se inauguró el 16 de junio de 1985, con la colaboración decidida de los habitantes del pueblo.
Nota: Al día de hoy los resultados de la investigación del ingeniero Apolinar son válidos: urge la preservación de los árboles en la sierra, la reforestación y la lucha en contra de la erosión de los suelos.
Recuérdese, además, que el agua potable de Ucareo proviene precisamente de la parte de la Sierra propuesta por este ingeniero.